Los padres pasan de un mayor control a ser dialogantes en la educación digital de los hijos
Los padres relajan el control de acceso a los dispositivos digitales según aumenta la edad de los hijos y apuestan por una mediación activa y más dialogante. Son resultados de un estudio publicado en la revista Social Science,que analiza el comportamiento de los padres en la educación digital de los niños. El estudio ha sido realizado por investigadoras del consorcio PROVULDIG2-Programa de Actividades sobre Vulnerabilidad Digital-, Tamara Vázquez Barrio, de la Universidad CEU San Pablo, Rebeca Suárez Álvarez, de la Universidad Rey Juan Carlos, y en el que también ha trabajado la investigadora Belinda Frutos Torres, de la Universidad de Valladolid.
Tal y como explica la profesora Vázquez, “la mediación parental está viviendo un desarrollo progresivo pasando de ser más restrictiva a más dialogante y preocupada. Los padres tienen mayor conciencia de la importancia de las TIC y de los efectos que pueden tener”. No obstante, las investigadoras sostienen que queda camino por recorrer. “Se detecta que hay acciones en los que los padres muestran un control muy cercano como es comprar a través de Internet, posiblemente por el miedo de las consecuencias; en contraste, presentan una supervisión más laxa al permitir tener perfiles en las redes sociales en el comienzo de la adolescencia”, detalla.
Sin embargo, la mediación activa parece diluirse cuando se trata de revisar a posteri lo que han hecho sus hijos mientras estaban conectados y “solo la mitad de los progenitores se preocupan de revisar el historial de páginas web visitadas, controlar la composición de los grupos de WhatsApp, examinar los contenidos de su perfil en las redes sociales o controlar los mensajes o archivos que han recibido y enviado. No conocen qué páginas han visitado o con quién han mantenido una conversación y si ha sido adecuada o no”, apunta Vázquez Barrio. “Cuando los menores llegan a la preadolescencia y adolescencia, en la ESO, el 80% de los padres se vuelven más dialogantes y cercanos e intentan explicar a sus hijos qué situaciones se pueden encontrar en Internet y cómo pueden gestionarlas o solventarlas, qué páginas son buenas y cuáles no, cómo pueden usar Internet de forma segura, vigilan cómo usan Internet y les informan de los posibles riesgos de las redes sociales”, señala.
En función de la edad de los hijos, los padres de niños de Infantil establecen estrategias de mediación restrictivas basadas en los tiempos y en reglas de conexión, pero una vez seleccionados los canales a los que pueden acceder, no les sugieren formas de comportarse -solo lo hace el 31%- ni les guían ante situaciones comprometidas que pueden encontrarse mientras navegan (47%). Según explica Vázquez Barrio: “Esto puede ser debido a que los consideran pequeños para abordar estos temas o que se fían de los contenidos que están viendo en los canales de televisión específicos para la infancia o apps infantiles que ellos previamente han seleccionado”.
Cuando los hijos alcanzan Primaria, más del 80% de los padres consiente que sus hijos naveguen por Internet ya sea solos o con supervisión. Sólo en la etapa infantil es significativamente superior el porcentaje de progenitores que no autorizan la navegación por Internet.
Más restrictivos con redes sociales y compras por internet
“Entre las actividades en las que los padres se muestran más restrictivos están el hecho de tener redes sociales, sólo lo permiten un 26,1 por ciento de las familias en función de la edad y los menores no lo tienen autorizado en Infantil y Primaria”, detalla Suárez Álvarez. En la ESO y Bachillerato, se incrementa el porcentaje de autorización bajo supervisión. Finalmente, el acceso sin supervisión que también es mayor en estas dos últimas etapas se incrementa particularmente en Bachillerato, cuya cifra asciende al 66% de los que cursan estos estudios.
Las compras por Internet son la acción más restringida por los progenitores con hijos de todas las edades en un 52,8% de los encuestados. En este caso, los permisos están relacionados con el nivel educativo en el que se encuentran los menores. Las cifras no dejan lugar a dudas y hasta que no llegan a Bachillerato, el 82,5% de los menores no pueden comprar en Internet e, incluso en esta etapa, el 68% no está autorizado a hacer compras online.