Impacto del uso de pantallas en los hijos

Catherine L’Ecuyer, investigadora y autora sobre educación, es la protagonista del nuevo vídeo de la iniciativa Haciéndote preguntas, en el que analiza las consecuencias que las nuevas tecnologías pueden tener en los niños.
Catherine L’Ecuyer destaca la importancia de evitar que los menores de dos años tengan contacto con algún dispositivo con pantalla, y, que hasta los cinco años, el tiempo de exposición no supere la hora al día.

La autora de libros como ‘Conversaciones con mi maestra’, existe «una relación» entre el consumo de tecnología y problemas como la impulsividad, la inatención o la reducción de vocabulario, y recuerda que la Academia Americana de Pediatría recomienda que los menores de 2 años no vean nada de pantallas y los menores de 5 no más de una hora al día.

La tecnología genera problemas de inatención e impulsividad en los niños

«Cuando un niño utiliza una tecnología rápida se produce algo en su cerebro, genera dopamina, que es algo placentero. Como esos niños están acostumbrados a sentir ese placer, cuando dejan de tenerlo se sienten inquietos y aburridos», añade.

Catherine L’Ecuyer asegura que estos estímulos generan en los menores un sentimiento de fascinación, no de atención sostenida. Y afirma que es importante saber esta diferencia ya que «la atención es una actitud de descubrimiento y de apertura ante la realidad, algo positivo, mientras que la fascinación es una actitud pasiva ante estos estímulos novedosos, frecuentes e intermitentes».

La generación millennial y el sentimiento de soledad

También habla sobre las consecuencias que el uso de las tecnologías tiene a medio plazo, más concretamente en la adolescencia. Según L’Ecuyer, en muchas ocasiones los jóvenes no aprenden a relacionarse, a resolver problemas o a aceptarse a sí mismos ya que están acostumbrados al entorno digital, un tema preocupante.

Para la experta en Educación: «No es lo mismo conectarse al wifi que conectar humanamente». Una afirmación que corrobora con la conclusión de algunos estudios, como el de YouGov, que dicen que la generación millennial es la que más sola se siente. «Dicen no tener un mejor amigo o no tener amigos», abunda. Para la canadiense, «es muy paradójico pensar que alguien que tiene mil amigos en Facebook sienta que no tiene ningún amigo en la vida real».