Las ventajas de promover desde los primeros años el espíritu emprendedor
En los Colegios CEU trabajamos a diario para apoyar las iniciativas que proponga nuestro alumnado y así, fomentar su espíritu emprendedor.
El objetivo es que sean capaces de tomar decisiones de forma autónoma, que asuman riesgos y consecuencias, que ganen en autoconfianza y superación. Todo esto les será muy útil tanto para su vida profesional como personal.
¿Cuáles son los beneficios de trabajar el emprendimiento en las aulas?
Las distintas normas que nos rigen, tanto europeas como estatales y autonómicas, señalan que el espíritu emprendedor es una competencia fundamental que debe incluirse en el currículum. Esta actitud y aptitud permite crear y ejecutar proyectos afrontando dificultades y superándolas con creatividad a través de la puesta en práctica de ideas propias.
Así, se desarrolla el pensamiento creativo, la capacidad de análisis, la toma de decisiones, la confianza, el optimismo, la asertividad, la resolución eficaz de conflictos, la gestión de la incertidumbre y la adaptación a los cambios.
Todas estas cualidades se pueden trabajar y aprender. De ahí la importancia de incluir el emprendimiento en la formación de niños y jóvenes. Las más relevantes son:
- Iniciativa: clave para llevar las ideas a la acción.
- Creatividad: para resolver problemas y encontrar nuevas vías y soluciones.
- Confianza: creer en sí mismo, valorarse justamente y tener un pensamiento positivo.
- Responsabilidad: hacia uno y hacia los demás; es básica para asumir riesgos valorando las consecuencias.
- Entusiasmo: el compromiso y la pasión ayudan a alcanzar el éxito.
- Valentía: para perseverar y llegar a la meta, a pesar de las adversidades.
Estimulando el espíritu emprendedor desde los primeros años
Esta forma de presentarse al mundo y de gestionar los recursos propios debe plantearse desde la infancia. Forma parte de una educación integral que se promueve a través de estos puntos:
- Educación en valores: en el Colegio CEU San Pablo Murcia prestamos especial atención, como centro católico, a formar en valores. Por lo que sabemos que la ética es fundamental en la vida profesional y personal.
- Creatividad: los juegos, actividades y proyectos innovadores deben ser algo cotidiano en todas las materias. Debe permitirse siempre la libre expresión de ideas e inquietudes de los más pequeños, para que así sean capaces de reflexionar y crear.
- Autoestima: poner en valor el esfuerzo y la constancia es clave, así como que aprendan a interpretar que los errores no son fracasos, sino ocasiones para mejorar. Un ambiente positivo en el aula permitirá el intercambio de críticas constructivas, para que también puedan aprender unos de otros.
- Autonomía: deben ser responsables de la toma de decisiones y asumir las consecuencias, superando miedos y barreras.
- Trabajo en equipo: la colaboración y el compañerismo juegan un papel fundamental en el emprendimiento. Aprenderán a comunicarse y a respetar opiniones distintas.
- Apoyar aquello en lo que destacan o por lo que muestran más interés: es tarea de los educadores reforzar los puntos fuertes de cada alumno, motivarles y apoyarles.
En resumen, potenciar el desarrollo de la inteligencia emocional es, por tanto, imprescindible para fomentar el espíritu emprendedor.