BALANCE MUY POSITIVO DEL PROGRAMA AVE PARA COMBATIR EL ACOSO Y LA VIOLENCIA ESCOLAR EN EL COLEGIO
sep
25
Escrito por:
25/09/2017
“El Programa AVE para combatir el acoso y la violencia escolar va mucho más allá de los protocolos habituales”
El
acoso escolar es un gravísimo problema que ha existido siempre pero se
ha obviado. Provoca grandes dificultades de convivencia y enormes
problemas personales a quienes lo sufren, que los acompañan el resto de
sus vidas. Por tanto, aunque parezca que se trata tan sólo de un asunto
que está de moda, lo cierto es que antes o después había que tomárselo
en serio. La mayor parte de los protocolos que se utilizan contra el
acoso escolar actúan cuando se produce el daño; señalan cómo debemos
actuar cuando detectamos un caso o cuando salta la alarma al recibir la
denuncia de un posible caso. Todas las comunidades autónomas disponen de
un protocolo. En esta entrevista con el Director del Área de Colegios
de la Fundación San Pablo CEU, Luis Martínez-Abarca, recordamos cuáles
son los ejes centrales del Programa AVE, una iniciativa pionera en Prevención Integral del Acoso y la Violencia Escolar que se puso en marcha hace dos años en los Colegios CEU.

El Programa AVE para combatir el acoso y la violencia escolar es ya una realidad en todos los colegios CEU
Entrevista con Luis Martínez-Abarca, Director del Área de Colegios de la Fundación San Pablo CEU:
¿Qué diferencia al Programa AVE de otros protocolos utilizados en los colegios españoles?
La
novedad que nosotros planteamos con el Programa AVE para combatir el
acoso y la violencia escolar va mucho más allá de los protocolos
habituales. Y no sólo porque contempla acciones como la medición, las
buenas prácticas en el aula, el seguimiento de profesores y los
facilitadores, sino porque aborda el problema de raíz, al identificar
cómo se produce el acoso escolar. Porque este problema nunca surge de
manera directa, sino que aflora como consecuencia de la victimización de
un alumno que sufre maltrato, primero individual y después colectivo.
Es un proceso que dura años y de ahí viene la gravedad.
¿En
qué etapa escolar se suelen iniciar estos procesos tan dañinos para la
convivencia escolar y que tanto impactan en el futuro del alumno
afectado?
Normalmente, en las etapas de 2º, 3º y 4º de
Primaria hay un cierto conflicto de todos contra todos, si bien no
existe este concepto de victimización. Pero sí se producen las primeras
situaciones de maltrato, maltrato de palabra o maltrato de cierto nivel
de relación a través de la violencia. Aparentemente, esta violencia no
es significativa, pero cuando arrancan este tipo de situaciones y
alguien manifiesta una debilidad, ese niño o esa niña se convierte en el
foco de atención del grupo. En definitiva, ya no es que vayan todos
contra todos, sin que es todos contra uno. Y esto va sucediendo año tras
año hasta que en cursos como 5º, 6º o 1º de la ESO comienzan a aparecer
situaciones graves, que ya son muy difíciles de revertir.
Por lo
tanto, nosotros trazamos una raya en esas edades, en esos cursos, no a
partir del acoso escolar, sino del maltrato. Se trata de evitar que se
produzca una normalización del maltrato.
¿Qué metodología diferencial se utiliza para identificar ese maltrato?
Principalmente,
utilizamos un método mediante el cual los adultos informamos,
trabajamos con los alumnos, les hablamos de los comportamientos
adecuados… Para ello, usamos distintas técnicas. Con el Programa AVE
hemos invertido el proceso; lo que planteamos es que sea el propio grupo
el garante de las buenas prácticas, de manera que convertimos al
alumnado en protagonista del proceso. Los alumnos son los que deciden
cuáles son las situaciones de maltrato, “lo que yo no quiero que me
pase”. Establecen cuáles son las buenas prácticas y deciden cómo pasar
de una situación a otra. Todo esto, además, se hace muy visible en el
aula y se controla a través de los tutores, de manera que se puede
seguir trabajando a lo largo del curso con esta metodología.
Cuando
surge el menor roce, a la mínima señal de maltrato, el profesor tiene
algo que ha salido de ellos y que le sirve como modelo para reconducir
situaciones de una manera positiva. Si conseguimos esto, el 95% de los
casos de acoso escolar han desaparecido.

Y de esta forma, ¿es posible erradicar todos los casos de maltrato, conseguir que desaparezcan?
Yo
creo que no. De hecho, necesitamos más herramientas. Precisamos una
herramienta de diagnóstico que nos dé la situación real, al margen de
las comunicaciones que nos faciliten los alumnos y que el colegio tiene
en un momento determinado. Por eso, en concreto, aplicamos unas pruebas
que nos dan un muestreo de las aulas del colegio y desvelan cuál es la
situación de la convivencia y cómo son las relaciones entre los alumnos.
Esto nos permite intervenir de una forma temprana en el aula, en el
grupo o con el alumno.
Junto a ello, contamos con otras dos figuras. Por una parte están los ángeles guardianes.
Cuando se ha detectado una situación con una cierta gravedad y que no
puede ser tratada de forma individual, ese alumno necesita una
protección especial. Aparece así su ángel guardián, un compañero de aula
que lo protege. Son sus referencias más inmediatas. Por otra parte está
el mentor, que es un igual pero alguien mayor que el
alumno afectado. Lo que hacemos es fomentar su relación a través de
actividades que nada tienen que ver con la disciplina, sino con lo
académico. El aprendizaje de la lectura o de la escritura resulta una
actividad útil para colaborar con los más pequeños… De esta forma, se
crea un lazo de compañerismo, al tiempo que, al haber suficiente
diferencia de edad, los ven de una manera distinta. Así, los mentores
nos pueden ayudar tanto a identificar el problema, algo que para mí es
esencial, como a tratarlo.
Si a pesar de tomar todas estas medidas
preventivas, el problema ocurre, entonces procedemos a utilizar un
protocolo de acción en el momento en que hay el más mínimo indicio, que
es el mismo para todos nuestros colegios. Primero se protege a la
víctima y a continuación se buscan todas las referencias, toda la
información necesaria, y se emite un diagnóstico de forma muy rápida.
¿Podría usted realizar una evaluación del Programa AVE desde su implantación hace dos años?
Los
datos que tenemos son muy pocos aún, pero podemos adelantar que los
casos se han reducido significativamente, las denuncias son muy pocas y
la mayor parte de ellas son archivadas porque son situaciones que pueden
ser de maltrato pero no son de acoso escolar, salvo algún caso —porque
no nos libramos del problema—, que está en tratamiento y seguimiento por
parte de los equipos de orientación y los tutores del colegio. Ahora
acabamos de pasar un nuevo muestreo, que nos interesa conocer y mucho,
después de la acción educativa de este año, para ver la diferencia que
hay entre las pruebas de final de curso y las de principio de curso.
Pero no tenemos aún los resultados.